domingo, 24 de agosto de 2008

Las Reglas del Perdón


Perdón, curiosa palabra.
Todos la hemos usado alguna vez: como muletilla al pisar a alguien o con sentimiento esperando la redención.
El perdón, el que pedimos y damos o no…

Desde pequeños nos enseñan que hay cosas que no debemos hacer.
Nos dicen “pide perdón” y lo haces, sin más, besito y todo arreglado: olvidas.
Te pasas la infancia pidiendo perdón cada vez que algún ojo acusador sobrevuela tu coronilla. Olvidando para volver a vivir en tu cómodo mundo egocéntrico.

Y con estas te plantas en la adolescencia y aquí, dependiendo de cómo haya sido tu vida, la historia cambia.
Empezamos a ser conscientes de las consecuencias. Intuyes que la cosa no es tan fácil, que “el amuleto” no siempre produce el efecto deseado y por primera vez asocias perdón con arrepentimiento.

Vas creciendo, la vida se complica, la complicamos (no entro en esto ahora) y las picias, se transforman en auténticas cabronadas: malas jugadas que tienen consecuencias.

Es curioso, parece cómo si aquellos hechos que no son punibles, no tuvieran consecuencias.
Está claro que los llamados delitos se mueven en otro ámbito. Están reglados: daño/castigo. A todos nos parece normal: ladrones, violadores, asesinos, estafadores… que paguen.
Sin embargo queda un ámbito sin cubrir, personal, que se rige por Las Reglas del Perdón.
Cuáles son las cosas por las que debemos pedir perdón?, debemos perdonar? Qué consecuencias tiene hacerlo para los implicados?

Pedir perdón no está mal. Se muestra arrepentimiento, lo cual , aunque no soluciona, anima … el problema es que muchas veces buscamos algo más.
Quizá, por los aprendizajes de nuestra infancia, esperamos que se olvide el incidente. Pero para eso todavía no hay pócima conocida. Una simple palabra, o un largo discurso, emotivo y sentido, no podrá borrar lo ocurrido.

Dime: las lágrima derramadas, las noches sin dormir, el sufrimiento, la pérdida de confianza , de inocencia, la dureza, el hastío, la desilusión… las consecuencias que tu estado de ánimo tienen para tus seres queridos, las personas , los momentos, los sentimientos que ya nunca tendrás…. Todo esto lo borran las palabras… puede el arrepentimiento devolver lo que te quitaron, borrar el daño que te hicieron? hacer que seas quien fuiste?
Eres la consecuencia de todo lo que te ocurrió, resultado de tu pasado. Ciertamente has de ser positivo y superar (por tu bien has de intentarlo), pero…

Perdono por egoísmo. Por dormir y vivir tranquila, por olvidar… y eso es lo que busco olvidar a quien eso hizo, se arrepienta o no.
Por ello, porque la confianza no se recupera, porque las personas estamos hechas de conceptos abstractos pero que están ahí… por todo eso, si el que pide perdón busca palabras las tendrá : “te perdono”.
Pero si lo que busca es seguir a mi lado, como si nada hubiera pasado, que consiga eso: volver al pasado, y hacer que nada ocurra.

Podría terminar así este texto. Con la garganta dolorida por el grito, pero en el fondo igual.
Trato de abordar un tema extenso y espinoso, lo sé.
Muchos hemos pasado por ello. Interrogantes y remordimientos nos acompañan en el día a día: “y tú no pediste perdón?”, “nunca te equivocaste aun queriendo a esa persona?.”

Finalmente todo es cuestión de prioridades, de lo que estemos dispuestos a perder por el camino.
Quizá debamos parar y preguntarnos si merece la pena otra oportunidad. Si la persona que tenemos enfrente, es eslabón en nuestras vidas. Y cruzar los dedos muy fuerte deseando que el otro (pecador o redentor) quiera también luchar por volver a cimentar la confianza: la que se construye compartiendo momentos y se destruye … (cada cual termine como quiera).