domingo, 6 de septiembre de 2009

PERSPECTIVAS

Al plantear la vida como una línea temporal, no más que un microsegmento, en el mapa de la Historia Universal – la pasada y la futura, sobre todo la futura- , la calma parece apoderarse de mi cuerpo. Nada es importante, nada tiene peso. Y en esa calma me pregunto si vivir es sólo esto.
Me entretengo imaginando la muesca diminuta que seré dentro del mapa. Un puntito sin importancia: no confluente, ni surco… uno sobre el que una mirada extraña, futura, no podría reparar.

Pero al olvidarme miembro de una especie, en el descenso de lo universal a lo particular, todo va aumentando y el puntito ya no es tal sino laberinto fragmentado. Observo calles que transité, barrios de escombros, edificios tapiados y, a lo lejos, una glorieta sobre la que se erige una escultura, grandiosa, de trazos gruesos Plastidecor, que inventé cuando aún no me pensaba.

Y al asentar los pies donde me encuentro; donde el tener perspectiva de uno mismo resulta esfuerzo incómodo para una mañana de domingo; tomo los aparejos, e incapaz de sutilezas, quebranto la virginidad de caminos no inventados, garabateando jardines por si, en tu propio inventar, los encontraras.